A la muerte de Iparraguirre (Juan V. Araquistain) - Miguel Los Santos Uhide - Mis cosas

Miguel en Escuelas Viteri
Miguel Los Santos Uhide
Cosas mías
Contacto: uhide@live.com
Vaya al Contenido

A la muerte de Iparraguirre (Juan V. Araquistain)

Música y músicos > Intérpretes, compositores, otros > Iparaguirre, José María (bardo)

IPARRAGUIRRE
Y
EL ÁRBOL DE GUERNICA

BIBLIOTECA BASCONGADA DE FERMÍN HERRÁN

TOMO II.

B I L B A O

Imprenta de la BIBLIOTECA BASCONGAD,A
Müller y Zavaleta, Gran Vía 24
1896

LA MUERTE DE IPARRAGUIRRE

A LA MUERTE DEL GRAN POETA Y ÚLTIMO BARDO VASCONGADO
D. JOSÉ MARÍA DE IPARRAGUIRRE

Ya no existe el gran bardo que arrastraba
Palpitantes las almas tras su acento.
Despertando el dolor o la alegría,
Con estro heroico, o fúnebre lamento.

Al contemplar la patria que le inspira,
Doblada la cerviz, y el alma en duelo,
Rompió en pedazos la armoniosa lira
Y fue a buscar la tumba por consuelo!

Como el profeta de Salem, que vino
Para anunciar la patria desventura,
Cayendo bajo el golpe del destino
Por no mirar sus horas de amargura.

Nació también el bardo vascongado
Para entonar al par de sus hazañas,
Sobre el sepulcro de sus fueros santos
El canto funeral de las montañas.

Y como último bardo de su raza
Puso Aitor su arpa santa entre sus manos,
Ese instrumento que inspiró a Cantabria
El cántico triunfal de los romanos;

El mismo que llevaron a los Alpes
Al partir con Aníbal sus guerreros;
El mismo que escucharon con espanto
Del Franco los vencidos caballeros!

Y encendido el espíritu valiente
Del gran poeta con su influjo santo,
Lanzó a los vientos con su voz potente
El cantzoá del roble sacrosanto.

De ese himno que repite todo un pueblo,
Y entonarán sus hijos por doquiera,
Mientras module el labio vascongado
La limpia frase de la lengua Euskéra!

E incansable su lira, no ha callado
Mientras latió su corazón ardiente,
Y en cantares sin par ha celebrado
La noble historia de la Euskara gente!

Y viva encarnación del sentimiento
Del pueblo en que nació, pasó sus días
Uniendo siempre su inspirado acento
A sus triunfos, y penas, y alegrías!

Mas ¡ay! como aquel genio a quien la Grecia
Dejó morir ingrata en la indigencia,
Llenando de amargura con su olvido
Las horas de su lóbrega existencia

Así también el bardo vascongado
Que tanto abrillantó su patria amada,
Ha caído como errante peregrino
Sin deudos, sin afectos, sin morada!

¡Mas no importa! Ya el soplo de la muerte
Acabó tu dolor y tus pesares,
Y la gloria, besándote en la frente,
Consagra en su alto templo tus altares!

Descansa, pues, en paz en esta patria
Que embelleció tu numen soberano,
Con esa lira cuyas cuerdas rotas
No vibrarán jamás como en tu mano;

Y goza de tu gloria ¡Iparraguirre!
Que ni el tiempo veloz que nunca para,
Es capaz de borrar tu nombre insigne
De la memoria de la raza Euskára!

JUAN V. ARAQUISTAIN.









Regreso al contenido