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Historias de un cotilleo real

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    De cómo la Reina Regente, en una de sus frecuentes escapadas a Rentería, por un percance con su coche, se refugia en un comercio de ultramarinos y, viendo el ambiende de la tertulia sobre temas locales (cotilleo) que se mantenía en la misma, mantiene su asistencia en múltiples visitas posteriores. Un año antes de que su hijo fuera nombrado rey de España como Alfonso XIII, otorga el privilegio de "Proveedor de la Real Casa" a Saturnino Mendarte.

HISTORIA DE UN COTILLEO REAL
Miguel Los Santos Uhide


           Las personas que pertenecemos al grupo de quienes tenemos que trabajar duro para llevar una vida sencilla, encontramos placer en soñar con lo que haríamos en el caso de disponer de una capacidad económica mucho mayor.
           En cambio, también se da el caso contrario: las personas de gran relieve económico o social cuya ambición es la de poder confundirse con la clase media y pasar desapercibidas por cualquier calle o paseo.
           Mi profesión me hizo acudir varios años a un palacete (ya desaparecido), con terrenos adjuntos al Palacio Miramar, con motivo de que la señora venía a pasar la temporada estival, con más de 20 personas de servicio. Todas las tardes que podía, la señora llamaba al chófer para que le llevase a un café de la calle Matía, de San Sebaastián, donde pasaba la tarde jugando a las cartas con sus amigas, que eran sencillas amas de casa.
           Cuenta Peña y Goñi que mientras la flor y nata de la sociedad buscaba al gran tenor Gayarre durante el verano, a fin de tratar sobre los nuevos contratos, preparación del repertorio y ofrecerle participar en sus elegantes actos sociales, el tenor se refugiaba en Irun una temporada ¡para jugar al mus!
           Extraigo de una carta de 1982, del mismo Peña y Goñi al musicólogo Felipe Pedrell, donde se explica cómo recoge del pelotari Urchalle una bonita canción vascofrancesa (Agur, jaunak), y donde dice lo siguiente:


«... hay junto a San Sebastián un pueblecito muy bonito llamado Rentería, y que ese pueblecito por un lado tiene un restaurant…
...Se inauguró modestamente, sin estrépito de reclamos, con el nombre de Oarso-Ibai (Río Oarso) [posteriormente Panier Fleuri], y no tardó en acudir allí la gente veraniega de San Sebastián, atraída por lo pintoresco del sitio, por la calidad de los manjares, bebidas y refrescos que se servían a la concurrencia así como por el esmerado trato que se ofrecía á todos en el establecimiento novel...
...Ha sido, pues, el restaurant de Rentería, durante el estío que acaba de transcurrir, punto obligado de reunión de todos los mundos sociales: el grande, el chico y el mediano que se han solazado a piacere, bajo el imperio de la moda, en dulce y atractiva promiscuidad.»


           Visto lo anterior como proemio, paso a relatar una historia escuchada de niño a mi padre y que, no cabe duda, tuvo que escucharla él de mi abuelo, si tenemos en cuenta las fechas.
           Mi padre, nacido en 1906, en la calle Kapitanenea nº. 4, contaba en casa que la Reina Madre hacía frecuentes paseos a Rentería y que, a veces, hacía compras en el depósito de la fábrica de Hilaturas de Lino. Casualmente, un día entró en Casa Mendarte, donde se encontró con la propietaria en el mostrador y, en el lado del público, varias amigas. El grupo mantenía un interesantísimo cotilleo.
           La Reina Regente, con gran llaneza, entró en la conversación causándole ésta tanto agrado que los paseos a Rentería incluían, frecuentemente, su participación en tan trascendentales tertulias.
           Es difícil pensar que Casa Mendarte dispusiese de suministros tan especiales que la Real Casa tuviese necesidad de acudir a ella para suministrarse de los productos que despachaba; y, además, proveyese a la misma en tal medida que, con criterios comerciales, le concediese el título, a la sazón tan codiciado, de “Proveedor de la Real Casa”; más bien cabe suponer que tal título se concedía por la amistad entablada en tan entretenidas tertulias. Investigando un poco en la hemeroteca de la época y posterior, se puede comprobar la proclividad de la Reina Regente y, posteriormente Reina Madre a dar paseos por Rentería.
           Para cofirmar que lo escuchado tantas veces era cierto, decidí hacer unas comprobaciones sobre Casa Mendarte e Hilaturas de Lino.
           Puesto en contacto con la Real Casa, solicité información y obtuve las siguientes respuestas en diferentes correos electrónicos:

           21/08/2015: Por Fábrica de Hilaturas de Lino no ha aparecido ningún expediente.
           21/08/2015: En respuesta a su consulta le informo de que hemos procedido a la búsqueda de información acerca de la Casa Mendarte en la serie de nombramientos como proveedor de la Real Casa y hemos localizado el otorgamiento de dicho título a Saturnino Mendarte y su establecimiento de géneros ultramarinos de Rentería, con fecha de 1901 (signatura: AGP, Administración General, Cª 25271, Exp. 17). Solo consta el nombramiento, no se conserva la solicitud ni tampoco el pergamino con el que se refrendaba el título que, obviamente, se enviaba al interesado - (aunque en algunos casos, por diversos motivos, permaneció en el propio expediente).


             Con cierta sorpresa, veo confirmado lo que mi padre decía y que, forzosamente, tuvo que haber escuchado a mi abuelo.
              El título era muy codiciado y para saberlo basta citar el diario El País (20 de octubre de 1994):

           «... Medio centenar de establecimientos madrileños siguen regentados por los descendientes de un selecto grupo de comerciantes que, a lo largo de tres siglos, suministró productos de alta calidad a la familia real. Por esta razón integraron una lista en la que figuraban con el rango de Proveedores de la Real Casa, emblema que junto al escudo de la Corona adornó los membretes de su correspondencia y los rótulos de sus comercios.
           ... La distinción comercial de los Proveedores de la Casa Real se remontaba a 1614, fecha de la que data la primera autorización de ese tipo. En tiempos de Isabel II fueron 83 los títulos otorgados; 142 bajo el reinado de su hijo Alfonso XII, 96 fueron extendidas durante la regencia de la reina María Cristina y 66 en el reinado de Alfonso XIII.»

           Para finalizar, creo interesante resaltar que la concesión se realizó en 1901 y que la reina María Cristina cesó como Reina Regente en 1902 al alcanzar su hijo Alfonso XIII la mayoría de edad y pasó a ostentar el título de Reina Madre.



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